lunes, 28 de septiembre de 2020

En tiempo de PANDEMIA

 

Entrega 2. Escrito 16

LAS COLAS DEL HAMBRE                                                                              

     Aquellos, nunca olvidados, tiempos de la posguerra, desgraciadamente, se repiten en esta España nuestra de hoy, de modernidades y de inclementes atrasos, con claros paralelismos y profundas colisiones.

     Pocos supervivientes nos quedan de aquella fratricida y maldita guerra. Bastante somos los hijos de la posguerra que todavía pululamos, bullimos o trajinamos por el “suelo patrio” (nominación no muy aceptada por tirios y troyanos españoles) con la tarea, sobre los hombros curvados de longevos habitantes, de no repetir semejante barbarie.

     La torpeza, la estupidez, la vanagloria y otros muchos perversos caminos transitados y puestos a punto por el hombre, de aquí o de allá, son siempre atributos deleznables de los hombres que carecen de humanidad, que dejan de ser hombres para convertirse en tristes sucedáneos de desmadejados individuos.

     Nunca pensé, nunca imaginé que, en estos tiempos de sobrados adelantos tecnológicos, de derroches, de despilfarros, de abyecto consumismo, de toneladas de basuras y desperdicios y de otros muchos “adelantos” de la modernidad, pudiéramos volver, en este España nuestra, al triste coleccionable de las estampas de LAS COLAS DEL HAMBRE. ¡Chocante situación! ¡Castigo merecido por no elegir bien a nuestros gobernantes! ¡Escarmiento justo por olvidarnos de hacer los deberes de educación, salud y trabajo! ¡Correctivo al pasotismo deshumanizado! ¡Premio al narcisismo, a los absurdos egos, a los malvados odios y a la maligna envidia! Pecados todos de casi todos nosotros, crecidos hasta altísimas cotas de perniciosos individualismos, en un mundo “globalizado”.

     Pobres, aquellos que se ven obligados a buscar en las COLAS DEL HAMBRE y pobre de nosotros, causantes de tamaña humillación, vergüenza y degradación.

     Al final de esta pandemia, seguirán gobernando los mismos, con los mismos modos y maneras, con la misma desfachatez, con las mismas mentiras, con la misma ineptitud y con las mismas, o más, COLAS DEL HAMBRE, y seguiremos aceptando sumisos, silentes y desvergonzados estos siniestros “paseos”, sumergiendo en los infiernos nuestras miserias de hombres del siglo XXI.



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