Miércoles, 22 de mayo de 2019.
A tan solo 2 días de las BOBAS DE ORO.
APRENDÍ A CONTAR HACIA ATRÁS.
Con
trabajo, tesón y una pizca de arte, he aprendido a contar hacia atrás.
Descubriendo, con satisfacción, que después del 2 viene el 1 y, después de éste, el CERO, el incontable,
Don nadie, el punto de partida a la nada, la meta. Todo ello encerrado en una providencial
circunferencia, en un rosco, en un anillo de desposado, elemento insustituible
en una BODA, como la que queremos repetir, después de aquella celebrada el 24
de mayo del 1969 y de aquella otra, de plata, que nos inventamos el 24 de mayo
de 1994.
Y
del contar para atrás, al cero y, del cero, al anillo y, del anillo, a la BODA.
¡Bonita manera de contar y de cantar esta larga aventura en la que nos
encontramos enfrascados estos días! ¿A quiénes se les ocurre casarse de nuevo,
a los 50 años de haberlo hecho por primera vez? ¡Cuántas ausencias importantes!
¡Cuántos nuevos “inquilinos”! ¡Cuántas risas y cuántos llantos consumidos! Y a
pesar de todo ello, seguimos caminando con ilusión, con utópicos andares de jóvenes
octogenarios y con algún que otro sueño por estrenar.
¡Bendito
seáis todos, no por un día, sino por un siempre duradero, por arroparnos, por
hacer de nuestros deseos, FIESTA GRANDE, por iluminar nuestro calendario con
destellos, luminarias, pavesas y llamaradas de bendita originalidad!
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