Sábado, 17 de noviembre de 2018.
A 187 días…
FIN DEL RESCATE
A CALABUIG 2.
SOLO EN CASA.
Hoy, 17 de noviembre de 2018, como activo mercedario
visueño, rescato de la inactividad a
nuestro blog “Calabuig2” y, al tiempo, igualo las fechas de la cabecera del
blog y la de los trabajos diarios comprometidos antes de las “BODAS DE ORO”, a
celebrar el 25 de mayo de 2019.
Durante algún tiempo, sin causa o motivo aparente para ello, “abandonamos temporalmente”
nuestro Blog, dejando a éste, mudo y silente de palabras, dibujos, poemas,
pinturas y demás “inventos” nuestros. Hoy retomamos el hábito, la costumbre de
asomarnos diariamente a ésta, nuestra ventana del decir, del cantar, del
contar, del escribir, del dibujar, del pintar, del comentar y, en definitiva,
del vivir cotidiano.
Os invitamos a seguirnos, a comentarnos, a
criticarnos, a darnos “palitos” de burra, a aplaudirnos cuando lo merezcamos, a lo que queráis dentro
del respeto mutuo.
¡Os esperamos!
Calabuig2
Mi soledad viene propiciada por la marcha
a Sevilla de la mujer de la casa y de las mujeres de la familia, hermanas,
sobrinas, nueras, etc. Motivo, algo incomprensible para los hombres, empezar a
probarse trajes de novia, nuestra sobrina María, que piensa contraer matrimonio
a finales de octubre del año próximo. Casi un año de antelación. No debe considerarse
ello, excesivo tiempo, en el que puede pasar de todo. Engorde o adelgazamiento
de la novia, más ganar unos kilos que perderlos, por la delgadez de la
susodicha; ruptura, Dios no lo quiera; ver algo más atractivo para su lucir y
alguna que otras circunstancias que propicien el cambio de opinión respecto al
vestido elegido.
Así son la mayoría de las mujeres,
previsoras a largo plazo en sus asuntos “vitales”, como es el traje de novia.
Al escribano le ha venido muy bien la
soledad regalada en este día, para terminar algunos trabajillos atrasados o para
empezar alguno nuevo. No me vendría mal que, de vez en cuando, escogieran día
para solucionar los muchos problemas que conlleva la organización de una boda como Dios manda.
Comprendo que lleguen cansadas, sin ganas de
nada, por las muchas pruebas, por los muchos ir de aquí para allá; pero, en el
fondo, aunque se quejen por fuera, lo ha pasado bien y están dispuestas a
repetir después de unos días de descanso. ¡Qué listas son!
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