Domingo, 18 de noviembre de 2018.
A 186 días…
DOMINGO ANODINO
Y POCO NOTICIABLE, A PESAR DE LA QUE ESTÁ CAYENDO.
Domingo desapacible en la mitad de España,
anodino y poco noticiable. Habrá que recurrir al tiempo meteorológico y a
menudencias de poca monta, para salvar esta carencia de asuntos interesantes.
Como anunciaron los del tiempo, lluvia a
la vista. ¡Qué poco se equivocan! El
otoño está siendo generoso en agua, aunque en algunos lugares de la Península,
se ha presentado con marcadas cartas de hacer
daño, de fastidiar con inundaciones y, consecuentemente, con bastantes
destrozos. Veremos hasta donde llegan los gestos de solidaridad y las
actuaciones de los políticos.
Por lo visto, los agricultores, con estos
“aguaceros” se dividen en dos grupos: los que piensan que ya ha caído la
suficiente agua y piden a los cielos una tregua, y los que demandan algún “cominillo” más de la bendita agua. ¡Nunca llueve a gusto
de todos
Otro “temazo”, para aquellos que así lo crean. Temazo deportivo, o mejor
“futbolero”. España, sin jugar, se la juega. Está en manos de Inglaterra y de
Croacia. Un empate entre ambas selecciones nos clasificaría para la fase final
del experimento inventado por los señores del fútbol europeo, denominado “Liga
de Naciones de la UEFA”. Así que, enganche a la 1ª cadena de televisión
española para seguir el comportamiento de los británicos y croatas. Que gane el
que más lo merezca y, si se produce el esperado empate, felicidades a Luis
Enrique y a sus pupilos, aunque el primero me caiga un poquito mal. Alrededor
de las 5 de la tarde sabremos a que atenernos.
Cantar el alirón o a llorar las penas del fracaso en esta recién nacida
competición europea.
Si pudo ser, pero no fue. Al final, los
ingleses remontaron un partido que iban perdiendo, dejando fuera a España y
mandando a Croacia a una inferior categoría. ¡Cosas del fútbol!
Lejos de ser agorero, pienso que el fútbol
se está matando él solito, con tantas retransmisiones de partidos insulsos y
sin alicientes (España 1, Bosnia 0) con tantas luchas y peleas entre
aficionados, a veces, con muertes incluidas, con tanto dinero en juego, con tantas
peligrosas apuestas y, sobre todo, con tanto malsano fanatismo. El ocaso del balompié
está en camino.
Cambio de tercio: En los pueblos pequeños y
medianos de nuestra Andalucía, siempre se encuentran pequeños y medianos
locales donde bien comer y beber. Uno de ellos, en el Viso, es el bar
restaurante “El Pescaíto”, para nosotros “Manolito”. Nuestro grupo de amigos,
los domingos, comemos allí. Casi siempre repetimos menú. Ricas gambas y langostinos erectos, derechos cual palo recto;
ensaladilla, panecillos tostados con anchoa; pijotas, champiñones, rosada a a plancha y, como cierre
del “ligero” ágape, unos trozos de buen queso y, que no falte el “chupito”
regalo de la casa. ¡No está mal! ¿Verdad? El único fallo del familiar establecimiento
es que no tiene café, aunque a menos de cincuenta metros tenemos “Pine Pan”, un
modesto establecimiento donde tomar el apetecido café y los correspondientes
dulces.
Como animales
de costumbre, repetimos nuestro actuar, lo que fortalece el hecho de que lo importante no es el comer,
gracias a Dios lo hacemos y bien todos los días, sino el reunirnos con los
amigos íntimos para que no se nos olvide hablar, para discutir, para manifestar
nuestras opiniones sobre los avatares políticos y otros temas de candente
actualidad, para reírnos con las ocurrencias de unos y otros y, sobre todo,
para no perder los lazos de amistad que nos empeñamos en mantener a toda costa.
Mañana, a iniciar una nueva semana con el
tiempo galopando más aprisa de lo deseado. ¡Párate un poquito, hermano!
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