martes, 13 de noviembre de 2018

Al rescate de Calabuig 2

Miércoles, 31 de octubre de 2018.
A 204 días...

PRIMER ASALTO EN VILLA JAVIER.

     El maldito camino fue responsable de que no durmiera a gusto y que tuviera alguna que otra pesadilla en los momentos que conseguí vencer al sueño.
    
     La vida sigue y hasta el domingo, que regresaremos a casa, trataré de quitarme de encima la “maldición” del caminito.

     Como en otras ocasiones y en otras casaS rurales habitadas con anterioridad, soy de los primeros en levantarme y de los primeros en dirigirme a la cocina para ayudar a preparar el desayuno que, cada uno, hace a su aire. Desde hace algún tiempo, en mi caso, el desayuno se ha convertido en la comida preferida, la que hago con mayor deleite. Una vez cumplido el ritual del desayuno me acerco al ordenador para realizar la tarea del día.


     Una llamada no esperada y una buena noticia. Teresa Mora me llama y me comunica que ya ha sido publicado su importante y serio trabajo sobre la Semana de Teatro Infantil de El Viso del Alcor, en la magnífica revista digital Don Galán (considerada la mejor de España en la temática de teatro) Esperaré a recibir y leer el contenido del trabajo para emitir un juicio sobre el mismo.  


     
      La estancia en Villa Javier divide a sus moradores en “valientes” y “cobardicas”. Los valientes son los que se atreven a bajar al pueblo vecino de Sayalonga a pesar de la mal llamada carretera entre ambos puntos, y cobardicas somos los que nos resistimos a bajar hasta que, el domingo próximo, lo hagamos por la obligación del regreso a casa.

     Las mujeres ocupan la mayor parte de su tiempo libre, que es mucho, en largas partidas de cartas de “continental”, en las que son verdaderas expertas y en preparar lo relacionado con la alimentación de las huestes sevillanas y visueñas, quedándoles tiempo para mantener viva la costumbre de hablar y hablar sin mesura, ni recato, en elevada voz, de todo y de todos. Los hombres, seguimos envueltos por el pecado del fútbol principalmente, las partidas de dominó, las cabezadas reparadoras y, de vez en cuando y en menor grado, las educativas charlas sobre política nacional, sobre la esperpéntica situación de nuestra querida “patria” y los papelitos del gobierno, de la oposición, de los independentistas, de los empresarios, de los sindicatos y demás sectores decisorios de la actual España.

     Lo más importante de nuestros periódicos retiros a las casas rurales es, en la madurez, ejercitarnos a tope en la convivencia, crecer en el goce y disfrute de la amistad y aislarnos, por temporadas cortas, del mundanal ruido con sus sobradas dosis de estupideces, de irracionalidades y de no deseada rutina cotidiana.

     Y, este mostrenco que escribe, en su papel de caduco eremita, de aburrido ermitaño y de enamorado de las casas rurales, cae, en múltiples ocasiones, en la tentación de dar ejemplo con su corta palabra de viejo juglar, como amante del sesteo y del aburrimiento, sin más. Por ello, me condeno a mi mismo, al silencio creador y reparador.

     Me largo por el foro, hasta mañana.

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