Lunes, 15 de octubre de 2018.
A
220 días…
DOS
PASOS ADELANTE Y UNO ATRÁS. LUIS ENRIQUE, NO TE EQUIVOQUES.
Luis Enrique, nunca fuiste santo de mi devoción, no por tu saber o no
saber futbolístico, sino por tu arrogancia extrema, por estar por encima de
Dios y del diablo, por tus salidas de tono o por otros modos y maneras de
usar la expresión y el lenguaje.
Nadie pondrá en duda tus éxitos deportivos, como jugador o como
entrenador. Pero somos muchos los que no soportamos tu endiosamiento, tu
petulancia o tu comportamiento ante los medios de comunicación.
Estás apreciaciones subjetivas y muy personales en nada se refiere a tu
conducta personal, a tu ser como persona, a tu condición humana, fuera de los terrenos de juego, lejos
de los campos de fútbol. Para ello habrá jueces que bien te conozcan y, que
mejor que yo, te puedan juzgar.
Difícil es para ti, transitar, en lo deportivo, como seleccionador
nacional del equipo de fútbol hispano. Tarea, por la idiosincrasia de los
españoles, difícil donde las haya. Permanentemente entre dos fuegos opuestos y
enfrentado, el de los que dogmáticamente te adoraron y el de los que ciegamente
te aborrecieron, y lo peor de todo, la gran cantidad de españoles que,
indiferentes, pasaron de ti y de tus argumentos.
Apenas has dado unos pocos de pasos en tu nuevo “entretenimiento” y ya
empiezan los señalamientos, los acosos, las críticas. Dos pasos adelante, a
celebrar a lo grande; uno atrás, para olvidar en un santiamén el primer avance.
Así será tu caminar. La gloria y el infierno, el éxito y el fracaso, el bien y
el mal, no habrá término medio y ante ello un solo culpable. No te costará
adivinar quién será. No añadas leña al fuego y ensaya un nuevo comportamiento
ante los poderosos señores de la información. Aunque te cueste, hazle un buen regate al poder informativo, y olvida
pronto los pros y los contras de tu nueva andadura y busca, sin palabras, ni gesto, el éxito de LOS
NUESTROS.
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