LA CARMELA, MEDIO MEIGA, Y SUS TRES RAPACIÑOS: GALA, ENZO Y BELTRÁN (VIII)
El separar a los críos
mucho trabajo les cuesta,
pues aún siendo tan pequeños
de dónde sacarán fuerzas,
se defienden como gatos,
arañando, marcas dejan,,
sus pequeñas dentaduras
en los brazos y piernas
y cogidos por cintura
gritan y mucho patalean,
siendo al final reducidos
porque ellos tienen más fuerza,
y con grande pena y dolo
de la choza se los llevan,
sin conocer su destino,
recordando con tristeza
a aquella santa, Carmela,
que en noche de crudo invierno
en su lar los acogiera.
mucho trabajo les cuesta,
pues aún siendo tan pequeños
de dónde sacarán fuerzas,
se defienden como gatos,
arañando, marcas dejan,,
sus pequeñas dentaduras
en los brazos y piernas
y cogidos por cintura
gritan y mucho patalean,
siendo al final reducidos
porque ellos tienen más fuerza,
y con grande pena y dolo
de la choza se los llevan,
sin conocer su destino,
recordando con tristeza
a aquella santa, Carmela,
que en noche de crudo invierno
en su lar los acogiera.
Aquella pobre mujer
que
como bruja intuyera
que algo no marchaba bien
mientras ella estaba fuera,
conforme al hogar se acerca
sus temores se acrecientan
y enorme es su desazón
al ver su puerta en la tierra.
que algo no marchaba bien
mientras ella estaba fuera,
conforme al hogar se acerca
sus temores se acrecientan
y enorme es su desazón
al ver su puerta en la tierra.
permaneciendo
muy quieta,
segundos de sueños malos
que trotan por su cabeza,
mas, pronto sale del trance,
su corazón se acelera
y corre como una loca
temiendo una suerte negra,
maldiciendo a los abismos
si a sus niños algo hicieran.
segundos de sueños malos
que trotan por su cabeza,
mas, pronto sale del trance,
su corazón se acelera
y corre como una loca
temiendo una suerte negra,
maldiciendo a los abismos
si a sus niños algo hicieran.
El Viso del Alcor, 7 de Junio de 2025
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