viernes, 31 de enero de 2025

¡ BUENOS DÍAS, MARCELA !


47  .-  ¡BUENOS DÍAS, MARCELA !   ( II )

( Un cuento de un alfarero y una flor )

                    ¡ Buenos días, Marcela!

                    Un día apareció por el lugar un mago que tuvo el acierto o desacierto, vaya usted a saber, de dar vida a algunas de ellas, contando con el beneplácito del alfarero, que además fue el que le indicó a aquellas a las que debía otorgar tal privilegio, porque las había construido con un cariño especial.
                    Crecieron estas, peo el contacto con los mortales les fue quitando brillo, aprendiendo de esos sus malas arte con gran rapidez, sus rostros se fueron desdibujando, haciéndose más duros; hasta tal punto cambiaron que llegaron a no distinguirse de los hombres con los que se relacionaban.
                    Cada una siguió su camino por rutas diferentes, mientras que el alfarero envejecía sin saber de ellas, ya que habían cambiado demasiado qunque estaba convencido de que si las viera sería capaz de reconocerlas.
                    El azar, la casualidad, los designios de la llamada providencia o..., vaya usted a saber, hicieron que algunas de ellas, aquellas figuritas de barro a las que el mago dio vida coincidieron en las fiestas del lugar, para tener la noble tarea de elegir entre varias obras de arcilla la mejor, la que más llamara la atención, la que despertase la mayo admiración entre sus habitantes. Noble y difícil tarea, pues había animales llenos de vida, ángeles adorables, doncellas bellas y pícaros diablillos, sirenitas y faunos, soldados y pastores una retahila de dioses y mendigos..., lo inimaginable...; pero de entre tanta belleza, tanta obra de arte, tanta extraordinaria manualidad había una sencilla flor, diminuta como un niño y de tal hermosura que atraía, que te obligaba una vez contemplada por primera vez a bajar los ojos, a desviar la mirada.


                                                    El Viso del Alcor, 31 de Enero de 2025

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