27 .- ¡BUENAS NOCHES, CARMEN! ( I )
¡Buenas noches, CARMEN!
Virgen marinera que te paseas una vez al año por nuestros mares entre ruidos de sirenas y cohetes, dejando estelas blancas de espumas en el lento caminar de los motores, cansinos de a veces desesperación, de desprecios, de continuas zozobras, de persecuciones más o menos merecidas, de apresamientos, de multas de rutina y de perdidas en aumento.
¿Por qué dejas que hagan todo esto con tantos hijos tuyos, y que a pesar de sus pesares, jamás perderán la devoción hacia ti, Virgen del Carmen?
Virgen marinera que haces brotar de las secas gargantas de estos hombres de la mar su sencilla y sincera Salve, como la mejor salutación a su siempre querida Madre, con el deseo infinito de sentirse protegido que nadie bajo tu advocación.
¿Por qué a veces los abandonas?
Virgen marinera que siempre estás presente en sus toscas, rudas y más que sinceras oraciones,
no dejes que su desesperación en algunas ocasiones los hunda; no permitas que su fe se seque lo mismo que sus caladeros; no consientas que otros vengan a arrebatarle el fruto de su duro trabajo. Perdónales sus abusos anteriores, discúlpales sus grandes o pequeños atrocidades del pasado; no vuelvas tu vista atrás...,
y dales esperanzas
¡Buenas moches, CARMEN, Virgen marinera!
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