2 .- ¡BUENAS NOCHES, MUJER!
¡Buenas noches, mujer, madre y mártir y otras muchas cosas más!
¡Qué curiosa historia la de la costilla nuestra de cada día! Pues anda que la dela serpiente...Y de aquí se deduce, o por lo menos yo, una de vuestras características, la de vuestro amor al misterio, el de veros envueltas en historietas fantásticas, ingenuas, nada claras a veces, desconcertantes, increíbles y de una larga e inacabable ristra de apelativos. En las que siempre queréis desempeñar, sin pretenderlo, la velada protagonista, para bien o para el mal ; pues mientras el hombre duerme se fabrica su consorte y menuda es la que liáis, y poco después, engañada por la serpiente le dais el bocado a la poma, a la manzana prohibida, como en el cuento de Blancanieves y el paraíso entra en el caos. Menos mal que siempre contáis con un cómplice, el que perdió una de sus costillas por dormilón, que desde entonces casi siempre picará en su anzuelo o se verá envuelto en sus sutiles redes.
Elemento inseparable del varón o viceversa, por ser dualidad , también, casi inseparable en su existir, como el arriba y el abajo, como la derecha y la izquierda de la política, como lo abierto y lo cerrado, como la subida y la bajada - cualquiera que se el número de sus escalones -, como el cielo y el infierno y como el huevo y la gallina... ¿Quién sería el primero?, que aún está por descifrar. Por todo lo anterior nos necesitamos, nos complementamos, nos queremos y nos odiamos, nos unimos y nos separamos, nos soportamos, nos mentimos, nos traicionamos, nos confundimos y nos vamos matndo poquito a poco.
¡Buenas noches, mujer!
Caja de sorpresas, baúl de recuerdos compartidos, coleccionista de encantos, elemento discordante y de cruces, motivadora de locuras, guardiana de tesoros imposibles - difíciles de conseguir
o generosa sin razones de estos mismos y creadora de vida.
¡Buenas noches, madre!
Y aquí sí que me descubro, vamos, que me quito el sombrero, porque eres importante y te pones por encima del varón. Sin palabras me dejas para definirte, porque desparece nuestro habitual y sabes romperte como nadie, desprenderte de ti misma, sin excusas, sencillamente porque sí. Bendito es el fruto de tu vientre, madre. Y terriblemente, en ocasiones, a esta bella historia no le damos apenas importancia; en ella no inventas nada, ni necesitas adornarla, ni te preocupa tu real protagonismo, ni haces sonar panderetas,sólo te limitas a mostrarnos tu obra y a saber cuidarla. Sin más palabras otra vez.
¡Buenas noches, mártir y otras cosas más!
De obligaciones creadas, de muchas más historias inventadas y reales, de herencias desastrosas en ocasiones, de insatisfechas ambiciones, de aspiraciones inconscientes de dominio, de frutrsdas dictadoras, de sufrimientos inmerecidos, de desprecios acumulados, de complejos impuestos, de papeles secundarios en el film de sus vidas, de sueños violentamente truncados, de permanente silencio, de risas reprimidas, de volcanes apagados, de frialdades nocturnas, de heroicidades siempre ignoradas, de tanto amor y a veces recibiendo demasiado odio.
¡Buenas noches, mujer!
Mujer de carne y hueso, nada de barro, mujer de alma, mujer real, mujer de contradicciones, mujer, porque sin ti en la vida faltaría algo importante; siendo como una pieza importantísima del puzzle universal.
El Viso del Alcor, 9 de Noviembre de 2024
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