jueves, 28 de noviembre de 2024

¡BUENAS NOCHES, DANIEL!

                    Reflexión dedicada al hijo pequeño, al que vimos crecer en estos años de estancia en el Campito, de un buen amigo y compañero de docencia, por el que siempre sentimos una admiración notable y sincera.

20  .-  ¡BUENAS NOCHES, DANIELILLO!   ( I )

                    ¡Buenas noches, DANIELILLO!

                    ¡Qué vitalidad la tuya, Danielillo, a pesar de tus pocas primaveras! Hoy no has dormido tu habitual siesta y aún siendo altas horas de la anochecida estás en pie; mientras otros tantos pequeños como tú ha tiempo que estarán soñando con los angelitos. Claro que tu no sueñas con ellos, porque tu sueño te llevará preferentemente a Supermán; por eso, siempre andas pegado y arrastrando, por tu pequeñez, una toalla de colorines, que en tu mundo de fantasías es la capa voladora, la que cuando hace levantar tus aún pequeños brazos te llevará al cielo, para emprender tus vuelos aventureros.
                    ¡Qué gracioso has estado esta tarde, Danielillo! Sorprende y eso nos causa más gracia todavía, por tu media lengua y tu aparente seriedad, impropia de un niño tan menudo; por tu bendita inocencia, propia por supuesto de tus cortos años; por tu satisfacción que nos la comunicaste a todo; por tu felicidad que nos la dejaste compartir.

                    ¡Buenas noches, DANIEL!
                     
                    ¡Cómo has crecido en casi todo! Ya dejaste el diminutivo de tu nombre al anterior. Siempre  sonriente y excesivamente cariñoso, en especial con los más pequeños que tú. Lástima que no apareciera tu cinta roja para el cabello; te hacía ilusión, ¿verdad? No t preocupes, ya aparecerá en cualquier rincón; y si así no fuera, ya te encontraremos otra parecida
                    ¿Por qué en tu timidez te tiras del pantalón por delante unas veces, por detrás otras? Todos tenemos también manías y costumbres y por ellas algunas también del otro "tú".
                    Servicial a todas horas y con todos, con cara de pillo y de movimientos de rabo de lagartija, émulo de pez en el agua de la piscina que compartes con otros niños, pulpo con los mayores,
algo pesado en pequeñas ocasiones a pesar de tus cortos kilos, como casi todos los de tu edad cuando conseguir lo que quieren.

 
                                               
 El Viso del Alcor, 28 de Noviembre de 2024




                    

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