244 .- CUENTO DE LUCAS
CAPÍTULO CUARTO
Un veintiséis de septiembre
con satisfacción dijeron
los eruditos a Lucas
que el enigma habían resuelto.
Enorme fue la alegría
que se llevó el jovenzuelo,
que enseguida puso en práctica
fórmula que tradujeron,
siguiendo al pie de la letra
los consejos que le dieron,
que todo fuera molido,
que los tallos fueran tiernos,
que se mezclaran por orden
y de barro fuera el cuenco,
que reposar se dejara
durante el tiempo de un credo
en agua bastante helada
y colarlo todo luego
en cedazo bien tupido,
para llevarlo de nuevo
al rescoldo de otro fuego
y retirarlo del mismo
en el suyo hervor primero,
dejándolo al aire libre
para que coja el sereno
durante toda la noche
a la sombra de un enebro.
se cure de los mareos,
al día siguiente le manda
en un bote, aquel ungüento,
para que llegue más rápido
a través de un mensajero,
indicando que untar debe
sobre todo por el cuello
y que no debe olvidar
de frotarse un mes entero.
El Viso del Alcor, 23 de Julio de 2024
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