domingo, 9 de junio de 2024

POEMAS PARA ENTRETENER A LOS MÁS PEQUEÑOS

 
202  .-  UN CHAPUCERO PARA LA GLORIA

CAPÍTULO QUINTO

        En llegando la hora nona,
San Pedro abre aquella puerta,
despacio, sin hacer ruido,
cerrando de igual manera,
con idéntica mesura
y con muy grande cautela.
        Personaje encapuchado,
que pesada capa lleva,
al que puede contemplarse
gracias a la luz de una vela,
con la señal de su mano,
de forma más que discreta,
ínstale a que le siga
pot marmórea escalera.
San Pedro sigue sus pasos
al ritmo que le impusiera,
lo que le hace resoplar
y llevar la lengua fuera, 
por falta de la costumbre
de andar con tal ligereza,
que en la suya eternidad
las carreras no se llevan.
        Al llegar a última planta
el hombre sopla la vela,
la obscuridad todo alcanza
y al silencio sólo altera
los rezos de aquellas horas, 
que de la lejanía llegan.
        San Pedro quédase quieto,
son instantes que le inquietan,
no entiende tanto misterio
por su bajada a la Tierra,
y para algo tan sencillo
como el arreglar su puerta,
la puerta que ha dos mil años
por primera vez se abriera,
porque con resucitar,
así el Cristo, lo quisiera.
        Después de algunos segundos
sonidos de llaves, suenan, 
semejantes a las que oye
cuando en el Cielo se encuentra.
          Entrando en la habitación,
ambos, de fugaz manera,
ciérrase puerta con llave
como si de alguien huyeran.
        Una vez en su interior,
el que de guía le sirviera,
quitándose la capucha
póstrase rodilla en tierra,
en señal de sumisión
al primer Papa que hubiera.
        San Pedro le reconoce,
lo alza con delicadeza
y en más que sincero abraza
estos dos Papa se estrechan,
pasando a continuación,
por lo inusual de la empresa,
sentados en nobles sillas, 
a buscar buena estrategia,
que con santa prontitud
el problema resolviera.

                                                    El Viso  del Alcor, 9 de Junio de 2024

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