219 .- EL FABRICANTE DE SUEÑOS
CAPÍTULO SEGUNDO
Advirtiendo él con finura
que aquello sólo fue un sueño.
Sin embargo, continúa
con su común parlamento.
Parecíame un hombre joven,
más, con aspecto de viejo,
sin hablarme le entendía,
suyo era mi pensamiento,
su sonrisa despertaba
corriente de aire bien fresco,
en el cielo me encontraba
y lo vivía como cierto.
De pronto sonó la alarma
en el reloj que yo tengo,
volviendo a la realidad
y se me acabó mi sueño.
El auditorio quedó,
en conjunto, muy perplejo,
como podían verse cosas,
incluso al Dios de los Cielos,
cuando uno andaba dormido,
viendo, sin estar despierto.
Otra vez que fue invitado
por unas damas del pueblo,
a una exquisita merienda
con café y dulces casero,
colofón puso a la misma
en fiel agradecimiento,
contando con donosura
un sueño de lo más tierno.
en el París de los cuentos,
en gran lío me vi metido,
sin beberlo ni comerlo,
problema que me obligó
a quedarme en mi aposento,
a ver si aquello curaba
con el transcurrir del tiempo.
Como podrán figurarse
grande era mi aburrimiento,
menos mal que tuve el don
de no perder nunca el sueño,
así que mis inquietudes
se ocultaban en el lecho,
durmiendo como angelito
y con sueños placenteros.
Uno tuve aquellos días
que yo siempre lo recuerdo
y que les voy a relatar
con normal consentimiento.
de profesión pordiosero,
en la puerta de una iglesia
me ganaba mi sustento,
recibiendo caridad
de los seres que son buenos.
El Viso del Alcor, 27 de Junio de 2024
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