203 .- UN CHAPUCERO PARA LA GLORIA
CAPÍTULO SEXTO
El primer inconveniente
de alta gravedad, que encuentran,
es que han de morir sin falta
aquellos que al Cielo fueran;
ya que en tan santo lugar
ningún vivo entrar pudiera,
amén de que ningún Santo
puede volver a la Tierra,
salvo raras excepciones
las que el Señor dispusiera.
Cómo quitarle la vida
a especialistas en puertas,
ignorando si merecen
el Cielo o la vil condena,
cosa que sólo Dios sabe
cuando el Juicio Final llega;
preferible que el Paraíso,
su puerta, rota la tenga,
esperando que entendido
en la citada materia
y que siendo más que santo,
de forma natural muera.
Con esta y otras cuestiones
los dos Papas parlamentan,
buscando las soluciones,
que de momento, no encuentran.
¿Valdrá más un cerrajero
que ebanista de experiencia,
un ingeniero bien técnico
que de puestas todo sepa
o un más que loco inventor
que aunque arreglarla no pueda,
podría crear un artilugio
que solución nueva diera?
y tómanse frugal cena,
durante la cual, sin prisas,
curiosas cosas se cuentan,
que nada tienen que ver
con la avería de la puerta,
intercambiándose nuevas
del Paraíso y la Tierra,
y con la amigable charla,
sus cabezas se despejan,
buscando a partir de entonces
soluciones más modernas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario