MARTES, DÍA 7 DE JULIO
NADA, QUE AL FINAL COMO EL TRABAJO DE LA CASA NO HAY OTRO
Ella no termina de adaptarse a su nueva estrenada situación laboral. Me parece que ya no es el lugar de destino, sino el hecho en sí. Empezaba a pasar por su mente si valía la pena estar limpiando objetos en el Hospital, mientras en su hogar limpiaba otra persona.
Por otra parte presenta un estado de inquietud y alteración que con lo que está viviendo se acentúa; de tal forma que las relaciones habituales son difíciles de llevarlas a cabo.
Uno no puede ayudarla ni decir lo que piensa para ayudarla, porque ello puede llevar a una subida del termómetro anterior; pero es que el silencio tampoco es bueno. En definitiva, también uno empieza a plantearse si vale la pena o no, esta estrenada y citada situación laboral.
Y el circulo vicioso, ni se agranda ni mengua; pero está ahí, no sabiendo sinceramente cómo salir de él. Lo que viene a demostrarnos lo complicado que es el género humano, que cuando carece de algo lo añora y cuando lo posee puede llegar a detestarlo.
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