Miércoles, día 6 de Diciembre
DÍA DE LA CONSTITUCIÓN Y TUVIMOS LA NOTICIA DE LA MUERTE ANTEAYER DE UN BUEN AMIGO, FRANCISCO
No sé si por ser nueva o porque ya nos resulta mayor, si por la coincidencia de la investidura del Sr. González o por el enorme puente escolar, donde más se trabaja en torno a ella o porque a la nuevas generaciones, les preocupan más las motos de Sito Pons, la música de Mecano, las canastas de Jordan y la marca del pantalón, que la norma fundamental de todos los pueblos de este país nuestro, que fue respuesta a un pasado s que ya las hubo del que no tienen interés alguno de oír hablar, pues su mismo presente es incierto, o por las condiciones climatológicas que impiden celebraciones, o por la ausencia de inauguraciones que las hubo en las recién celebradas elecciones...; lo cierto es que paso sin pena ni gloria; eso sí, como una fiesta más que además de no trabajar, para algunos fue un verdadero aburrimiento.
Y cambiando de tema, es justo hablar hoy, de una persona distinta que todos los días estaba sentada por la mañana en el mismo rincón del Bar "Quiros", donde desayuno habitualmente, lugar que ocupaba después de coger su número para el Consultorio, haciendo tiempo para volver a la consulta médica y para regresar, hecha esta faena, a su casa, situada en un rincón cercano.
Antes, cuando estaba bien, iba al fútbol todos los domingos para ver al U. P. Viso, del que era socio; incluso en temporadas anteriores acompañaba al equipo en sus desplazamientos en el autobús de los jugadores. Ahora que no anda bien, los lunes me preguntaba por el resultado de su equipo, porque lo tenía como bien suyo, si jugaba fuera o me comentaba el encuentro si había jugado en casa.
Su muerte ha pasado casi desapercibida para todos. Se fue despacio, sin hacer ruido, como era su lento caminar; en los dos días anteriores, por dos veces y por su mal estado, me ofrecí para poder acompañarlo a su casa y se negó, porque no intuía , aún encontrándose mal, que la muerte se lo iba a llevar tan pronto.
Cuando hoy, las campanas de Santa María del Alcor sonaron a muerte me acordé de ti, apreciado Francisco. Ya no te veré más en el Quirós y te seguiré recordando hasta no sé cuando. La vida seguirá y sólo se me ocurre, si te sirve de algo, el rezo por ti de un sentido Padrenuestro y el deseo de que tu alma descanse en paz. Adiós, amigo Francisco.
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