Sábado, día 19 de agosto
EL GOZO EN EL MONTE DE IGUAL NOMBRE
Para
los que piensan que este Papa, Juan Pablo II, es un “retrogrado”, que no son
pocos y sobre todo los que presumen de “progres” debe ser sorprendente verle
conectando con la gente, con la suya podrán decir, y aglutinar en su torno a
esa sorprendente marea de jóvenes, que miran la vida desde el otro lado de la
“depre”, de la “droga-evasión” del “pasotismo” y del “amor-libre-según-quién y
cuándo”, etc.
Lo que es evidente es que es un hombre carismático, que si parece estar a gusto con alguien es con los jóvenes y en este tipo de manifestaciones donde junto al fervor de los asistentes, que puede rayar en el fanatismo a veces, está su mensaje, su intento de comunicarles como era el lema de esta concentración, cuál es el camino, la verdad y la vida desde su punto de vista y de la actual Iglesia Católica.
Muchos serán los jóvenes que tendrán estas jornada como
inolvidables durante toda sus vidas, algunos hasta es muy posible que se hayan
sentido “tocados” por la llamada, no faltarán tampoco los que hayan tenido esta
peregrinación como una excursión o un medio más de conocer esa bonita tierra
que es Galicia…, pero lo que todos llevarán sobre sus espaldas es un rosario de
incomodidades, gustosamente aceptadas, y el gozo de haber estado reunido con
jóvenes de todo el mundo con un motivo claro, el de demostrar a la humanidad
que el mensaje de Cristo, después de casi veinte siglos sigue vivo, le guste o
no a esta humanidad.
Y
Juan Pablo II insistió acerca de la necesidad de la familia, del matrimonio
cristiano, como una de sus posibles salvaciones.
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