Martes, día 15 de agosto
¡QUÉ DIFÍCIL LO PONEN! O MEJOR…, LO PONEMOS
¿Cómo
es posible que de una persona hayan nacido tantas representaciones y que al
parecer, para los que se ocupan y preocupan de ello, sean todas válidas y de
qué manera?
Ahora
le ha tocado la vez a la Virgen de los Reyes, a su salida procesional desde la
Catedral de Sevilla por las calles de la ciudad del Guadalquivir, con
peregrinaciones de todo tipo, incluso a pie desde los pueblos más cercanos,
para verla salir, que no es poco. Y se contarán después de pasar lista en su
cortejo hasta con un notable montón de personajes políticos.
Y el pueblo se
lanzará a la calle para festejarla y piropearla, despertando nuevamente su
admiración y devoción - aunque sólo sea pasajera -, quedando prendado de su
rostro y del lujo de las joyas y manto que la cubren, de su divino Hijo y de
cómo luce en el agosto sevillano.
Antes fueron la
Macarena y la Esperanza, y la del Rocío y una lista interminable que volverán a
ser las próximas y cada cual se apunta a una devoción, olvidándose de las
otras; incluso “menospreciando” a estas, en el sentido de gustarles menos y a
veces hasta algo más que una simple cuestión de gustos.
¿Serán, me
pregunto yo, para el pueblo creyente estas reproducciones la misma María, madre
de Jesús, o con el tiempo gozan de una independencia tal, que ya son otra cosa?
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