Martes, día 13 de junio
LA FIESTA DE LOS DOS RÍOS
Nunca
habíamos tenido tanta gente en las fiestas anteriores de cierre de campaña de
elecciones, lo que creo que presagia algo.
Cuando
llegamos a Sevilla en dos autobuses quedamos sorprendidos por el gentío enorme
que se estaba congregando a la misma orilla del gran río de la ciudad. Acabábamos
de terminar el cierre en El Viso con la intervención de Diego de los Santos,
con la voz casi rota de su penúltima batalla electoral, de Alejandro Rojas
Marcos, clarividente del Andalucismo y mía, el aprendiz de la terna y nos
encontramos con este espectáculo insólito para nosotros. ¡Pero tantos somos! Y
aquí la gente no está por equivocación y menos aún por intereses, pues que les
podemos dar nosotros, que no sea una esperanza difícil de entender por la
mayoría de este pueblo.
Y amén de la
brillantez de los artistas en ese marco incomparable y bello del muelle de la
sal, de los fuegos artificiales sobre el puente y la misma agua, como explosión
de color desde las entrañas del gran río y similar a la explosión – por lo
menos en deseo – del sentimiento de pueblo, del calor sofocante de la gente
suavizado por la brisa y la ilusión de estar a gusto por una vez y la
presentación del poeta del andalucismo, que es José Luis Ortiz Nuevo, con la
emoción de Diego que hizo brillar nuestros ojos, la valentía y fuerza del
discurso de Salvador Pérez Bueno, el carisma de Pedro Pacheco – el más flojo en
cuanto a su oratoria, pero el “enorme” para casi todos – y la claridad en el
pensamiento y en el mensaje de Alejandro Rojas Marcos, configuraron la fiesta
de los dos ríos, la del Guadalquivir y la del río de gente del Andalucismo, que
ojalá que un día se desbordé e inunde toda la cuenca de Andalucía.
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