Jueves, 27 de septiembre de 2018.
A 238 días de las BODAS DE ORO
¡EN QUÉ PAÍS VIVIMOS!
Cuando una ministra llama,
“maricón” al compañero,
que podemos esperar
de este singular gobierno.
Y el susodicho marica,
para acabar con el cuento,
dale a la muy buena moza,
un abrazo “vergaresco”,
y aquí no ha pasado nada,
y a otro chisme palaciego,
entre ministro y ministra,
¡Cuidado con este tercio!
“maricón” al compañero,
que podemos esperar
de este singular gobierno.
Y el susodicho marica,
para acabar con el cuento,
dale a la muy buena moza,
un abrazo “vergaresco”,
y aquí no ha pasado nada,
y a otro chisme palaciego,
entre ministro y ministra,
¡Cuidado con este tercio!
Y mientras el Presidente,
con carita de ángel bueno,
muy cariacontecido,
entristecido y molesto,
defiende a sus camaradas,
con gesto filibustero,
amenazantes palabras,
para el enemigo infecto,
de la señora ministra
y del maricón perfecto,
Marlasca que así se llama,
el marica justiciero.
Y la señora Delgado,
amiga del Villarejo,
cobrando su pingüe sueldo
de ministra con cartera
y lengua de estercolero,
donde, por cierto, destaca
sin hacer ningún esfuerzo,
y al primero que se mueva,
“mariconazo te veo”.
Y la señora Delgado,
feminista de congreso,
nos lanza recomendación,
que de las tías no hablemos,
aunque se le dan mejor,
que los pobres caballeros,
sobre todo, las nenitas,
salgan o no del ropero.
Y al final de este dislate,
con los disgustos del pueblo,
¿Quién le pone el cascabel
a ese político infecto,
capaz de hundir al amigo,
al cercano compañero,
despreciando sus opciones
de sentimiento y de sexo?
Y la señora ministra,
sigue amarrada a su asiento,
con una cara durísima.
¡Emplea un buen pegamento!
¡Señor Sánchez, señor Sánchez,
aplíquese el mismo ungüento,
para seguir en Moncloa,
donde abundan los roperos!
¿Y elecciones para cuando,
y elecciones para cuándo?
(sonrisitas y caricias)
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