viernes, 23 de diciembre de 2022

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Viernes, día 14 de abril

            LA ANORMALIDAD DE LO NORMAL O VICEVERSA

         Hemos estado en una fiesta para los franceses que realizan un intercambio  y sus correspondientes españoles, entre los que se encontraban nuestros “mellis” y desde la perspectiva de nuestros más años, puede verse como normal que jóvenes en esa edad tan difícil de las alrededores de los quince, en los que no se es “nada” – ni niño ni jovenzuelo, sin dejar de ser ambas cosas todavía - , rota las ataduras de lo que se entiende como normas a veces excesivamente estrictas, griten más de la cuenta, hagan payasadas, beban  alcohol que nunca han bebido, se dejen llevar por la euforia de una libertad estrenada y casi en la creencia de ya conquistada; pasando a la anormalidad explicablemente generada y consentida.

         Y una vez envuelto en esta aventura el que tú pretendas ausentar de tal jolgorio a los tuyos, no por anticuado ni porque creas ver algún mal en ello, sino simplemente porque así lo entiendes, como algo normal, puedes caer en la anormalidad.

         Quizás puedan también existir normas diferentes para colectivos diferentes. Para nosotros, por ejemplo, que se besen dos chicas o un chico con una chica, no nos resulta chocante; que lo hagan dos chicos ya se convierte en algo anormal. Que uno se esté acostando habitualmente a las diez de la noche quiera irse a la cama aquí todos los días a las tres o las cuatro de la madrugada, resulta anormal por una parte y normal por aquello de poder aprovecharse de la no existencia de esos condicionantes anteriormente señalados como norma suya.

         Y más anormal aún el que una joven casada acompañada por su marido y de un grupo de adultos, se vea avasallada por uno de estos mozos, con alcohol mal ingerido  y peor asimilado, que la bese en la boca en presencia de todos y que pudo además crear un altercado, termine  con la boca rota, que hubiera sido lo normal respuesta a la mencionada anormalidad.


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