Jueves, día 6 de abril
DICEN
QUE MARÍA DEL MONTE…
Podía haber asistido al pregón de Feria
de Mairena que daban José Luis Ortiz
Nuevo y Rafael del Estal; pero preferí asistir a la fiesta que daba la Caja de Ahorros
San Fernando en su Sede Central de Sevilla, ¡Vaya edificio!, destinada en esta
ocasión a Alcaldes, Depositarios e Interventores.
Qué hermoso cuadro para plasmar en un
cartel de Feria, la del triángulo: fuente, silla y bailaora; marfil, verde y
lila destacando en la oscuridad rota por un haz de luz que convertía en
claridad el perfil del rostro de mujer y hacía sobresalir el blanco del pañuelo
de flecos que envolvía su cuello y hombros, tornándose en celeste al perderla.
Qué tempestad de movimientos y taconeo
del bailaor que rompía la quietud con una vibración sentida y ejercitada.
Qué mezcla de vuelo de paloma en las
manos de ella con la religiosidad de sus brazos crucificados, con la pérdida de
algo que este pueblo condenado a recibir siempre y sólo migajas, con el desdén de unos dedos
que chasquean o que te invitan a la atracción, con la sensualidad de unos
movimientos que dibujan ajustados cuerpos que se mueven con aparente
fragilidad, pero que están llenos de vigor.
¿Y de María del Monte, qué decir? Como
tantas otras – lo de zapatero a tus zapatos – que lo suyo, además de que le
haya sonreído el éxito, que no es poca suerte, sea el cantar; y no pretender ser
“graciosilla y oradora”… Distinta físicamente, al natural, y demasiado
“encorcetá”.
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