jueves, 1 de septiembre de 2022

REFLEXIONES ACERCA DE LOS QUE SE NOS FUERON


                            ACERCA DE DOS MESES ESTIVALES, JULIO Y AGOSTO, QUE SE EMPEÑARON EN HACERLE LA COMPETENCIA AL CONOCIDO COMO "FEBRERILLO, EL LOCO", EN CUANTO A SU FALTA DE CORDURA CLIMATOLÓGICA Y EN TODOS LOS ASPECTOS, EN GENERAL.

                            Ya se nos olvidó, casi, la desoladora pandemia, el agobiante confinamiento, el uso de la mascarilla y volvimos a los abrazos y besos; dejando atrás, el continuo bombardeamiento televisivo de su perversidad, y con ello ha venido, también casi, el desbordamiento callejero, las ganas de la multitud de encontrarse con sus fiestas, y de qué manera, el deseo de poner o encontrarse, casi ahora, con el cartel del todo completo, tanto en las hostelería como en los espectáculos, o en las playas y en las casas rurales y con millonarios desplazamientos de unos lugares a otros...
                            Ya pasaron más de seis meses de la brutal invasión de Rusia a Ucrania, con tanta destrucción y muerte, que en sus comienzos nos daba un pellizco en el estómago y en el alma; televisada además en directo, para no perdernos ningún detalle de tanta locura; y originó, como el que no quiere la cosa, más de 7 millones de refugiados (Padres ancianos que no volverán a ver probablemente a sus hijos,
                            Meses de julio y Agosto donde España ardió por todos los puntos cardinales, con una destrucción inmisericorde; con el contraste de una sequía terrible que dejo ver a flote ruinas de pueblos sepultados por los embalses, y de terribles inundaciones, causa de desmadres de la naturaleza; convirtiendo calles en ríos de aguas turbias y desbastadoras, arrasando todo lo encontrado en su devenir; incluso, con la perversidad de una granizada, jamás vista, que acababa con la vida de un ángel en el patio de su casa. Con panoramas de agrietados campos muertos de sed y otros, ahogados, con la consiguiente pérdida de sus cultivos.
                            Meses, por ejemplo, que aquí en la Ballena, padecían en muchos días, desconocidos en otros estíos, las calores y la violencia del levante, que obligó a sus moradores a refugiarse en sus hogares y a no salir de ellos más que para lo absolutamente necesario.
                            Y para que hablar de la escalada de los precios, de los mismos artículos de primera necesidad, del gas y de la electricidad, de todo...; mientras nuestros jerifartes andan jugando al juego de que la culpa siempre es de los otros; ocupados como se dice por estas tierras "en chuminales de la Carlota", y olvidándose de la realidad, del futuro que se nos avecina y de los perdedores de siempre,
de los más desfavorecidos, que cada vez son más, aunque no nos lo parezca, por nuestra situación algo privilegiada.
                            Ojalá que el mes  que hoy nos comienza, Septiembre, venga con destellos de esperanza y que en su seno no guarde la calentura de los tiempos otoñales tan habituales. Así que, nada mejor que darle la sincera bienvenida.





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