Recuerdos de la niñez de cuando el calor del estío calentaba los adoquines o el asfalto de la calle y el agua del coche regadera pretendía aliviarlo, o cuando caían aquellos goterones enormes y de pronto, de efímero existir, de las primera lluvias del verano.
114 .- A TIERRA MOJADA
Aromas de rima lluvia,
de tierras humedecidas,
despiertan viejos olores,
perdidos en la rutina
y un regusto viejo y joven,
entre narices camina,
impregnándonos certero
del correr de nuestras vidas.
Oler la tierra mojada,
experiencia repetida,,
es grato descubrimiento,
iterado en estos días.
Un pensamiento ligero,
una cómplice sonrisa,
un comentario oportuno,
una expresión bien sencilla
componen el argumento
de esta historia entretenida.
Oler la tierra mojada,
saborear su venida,
es un pequeño placer,
es cosa que nadie olvida.
La Ballena (Cádiz), 22 de agosto de 2022
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