sábado, 2 de abril de 2022

NUESTROS RETRATOS

                             Hoy vamos a dedicar este espacio, con nuestros retratos, porque pondremos más de uno, a un pequeño muy peculiar de la familia, que entre sus numerosas virtudes, cuenta con la de poseer una desbordante simpatía y gracejo natural desde que era un renacuajo. En las fiestas familiares íntimas actuaba por libre, no necesitaba compañía para pasarlo bien, le gustaba bailar solo, no para destacar de los demás, sino porque disfrutaba con sus cosas; era en definitiva algo payasete y siempre divertido. La brillantez de su hermana mayor, a la que siempre admiró y la sigue teniendo como modelo a seguir, no le creaba ningún tipo de complejos, ni pelusilla alguna. Siempre supo caminar a su aire, tratando también de molestar a nadie. 
                            Heredó de sus padres, lo de entrar en el capítulo de las buenas personas. Su padre, Clemente, hijo de otro Clemente, siempre fue un excelente estudiante, lo que le llevó a ser lo que él quiso ser, arquitecto, hábil en el dibujo también, y muy trabajador. Su madre, Estela, igualmente destacó en sus estudios, pudiendo dar fe de ellos por contarla hace ya algunos años entre nuestros mejores alumnos. Y debe ser afortunada, porque seguro que plantó algún que otro árbol, escribió un libro y tuvo dos maravillosos hijos, Martina y Clemente, nuestro protagonista de hoy.
                            Tan peculiar, que un día se encaprichó con un gato y tuvo el minino en su hogar durante algunos años y que por ser igual o más revoltoso que él, terminó en la finca de sus abuelos maternos, donde no molestaba tanto. Ahora su afición mayor la tiene encaminada hacia el deporte rey y como no se asusta de nada, eligió el puesto de guardameta, jugando en el equipo de su pueblo, y después de encajar abultadas goleadas, últimamente, mejorando mucho, se han apuntado, junto a sus compañeros, a la senda de los triunfos.


                                                    Así de lindo era Clemente III, de bebé.


                                                        Así, al poco de dejar el chupete.

                                 
                                       Aquí con algunos añitos más, pocos, lindo e interesante.  
                            Y el próximo lo pondremos, ya con más años, cuando dentro de unos días reciba por primera vez a Cristo, cuando haga su Primera Comunión.
                                                   

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