sábado, 9 de abril de 2022

NUESTROS DIBUJOS

                            A menos de un día, en sus vísperas, las de nuestra Semana Santa, traemos otro dibujo relacionado con ella; dibujo a un solo color en donde aparece el rostro de Cristo a nuestra manera, donde no hay brusquedad en las líneas y que encierran, sin duda para nosotros, sentimientos nobles, apacibles, aunque no exentas de dolor.
                            Sabía que tenía que morir y su sufrimiento, prueba de amor infinito hacia nosotros, no dejaba de ser enorme; ya había, por ello, en el Huerto de Getsemaní, dado con su rostro en el suelo, llegando a sudar sangre, y repetidas veces elevaba su mirada hacia el cielo, sin dejar de padecer, aceptando la voluntad del Padre. 


                             Rostro dibujado en una de sus estancias en Viena, para pasar unos días con Diego y Silvia y sus nietos.
                             Perfil de un Cristo que ya tiene su sentencia a muerte de parte de Pilatos, que lavándose las manos, la firma y hace responsable de ella al pueblo judio al decir, en un alarde de incomprensión, hipocresía, sarcasmo e ironía, que cayera sobre él la sangre de este inocente, del que llama al presentarlo como "Ecce homo".
                            Ya no está en el patio del Palacio de Pilatos, sino en el interior del mismo, donde sufre todo tipo de afrentas, mofas, burlas y agravios de parte de la soldadesca, que quiere, sin pudor, tomar parte activa en la cruenta fiesta; que después de ser coronado de espinas en un momento es golpeado con una caña por detrás y tiene que oír, sufriendo más por las palabras que por el golpe, aquello de:
"Jesús, Rey de los Judíos, profetizanos, adivina quién de nosotros te golpeó". Y su respuesta es el mayor de sus silencios
        

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