Y en su caminar nuevo, comenzará a a sentir sobre sus hombros el peso de las mochilas habituales de los estudiantes; ahora todavía livianas, en las que no faltaran, sin duda, la pieza de fruta para el recreo, la botellita de agua para apagar su sed y el estuche para dar cobijo a los lápices de colores de distintos tamaños, como si hubieran sido recogidos al voleo, por haber servido a sus hermanos mayores.
TRAGONCETE, que así se llama nuestra mascota de hoy, representa a aquellos peques
que antes de ir a la escuela de verdad, ya se tomaba los "bibis" de un tirón, casi sin respirar y que, seguro estamos, que en su primera mochila, además del contenido señalado anteriormente, llevaba algún que otro alimento para ejercitar sus dientes. Y que cuando se aburría en sus tareas escolares, además de molestar a sus "compis", tendría la osadía de decir a su profesora: "Maestra, tengo hambre".
No hay comentarios:
Publicar un comentario