NUESTROS CARTELES

                     El domingo pasado en lo que ya va siendo habitual nos reunimos en Casa Paco un grupo de amigos para gozar con la gastronomía visueña. Y entre la intrascendente y varieda conversación que nos acompaña en nuestro manyar, surgió el tema de que algunos de los hijos y nietos de los comensales de aqueste día, se encontraba pasando el largo puente en la localidad cordobesa de Priego, disfrutando de una Casa Rural, que ya proliferan en nuestro país. 

                    Y esto nos llevó al recuerdo de que hacía ya casi medio siglo, sólo dos años faltan para ello, hubo un concurso en dicha localidad para premiar el cartel que anunciase Los Festivales de España y su Feria. Las bases del mismo nos llegaron no sabemos a través de qué medio y Clemente se animó a participar en él, en especial porque el dominaba bastante la técnica de la témpera y porque siempre fue un excelente creativo.

                    Nuestra sorpresa fue grande cuando a través del Ayuntamiento se ponen en contacto con él para comunicarle que había ganado el primer premio, que su cartel anunciaría las fiestas de Priego de Córdoba de 1973, así como de que debía ir a recoger el mismo correspondiente y firmarlo.

                    Pero lo más curioso del caso fue el que se vió solo para desplazarse a dicha población. su mujer, Rosa, estaba a punto de dar a luz y no se atrevía a acompañarle. Sinceramente, yo no recuerdo el motivo que tendría para no poder ir con él cuando desde bien pequeños hemos estado trabajando juntos en todo. Y apareció lo realmente sorprendente, el conocer que su acompañante fue don Antonio Blasco, sí, el padre de nuestros Blasco, de Rafael, Antonio, Tere y Adela, que eran los más sorprendidos, porque no se imaginaban a su progenitor asistiendo a un acto cultural de este tipo y menos aún siendo único acompañante de Clemente...

                    Sorpresas tiene la vida y lo peor en muchos casos como en este, es el no poder, ante el fallo de nuestra  memoria, preguntar a quien nos podía dar luz. Eso sí, a lo mejor en un día cualquiera se nos enciende la luz de la bombillita, como en los tebeos antiguos, y encontramos la explicación.