Y EL SEÑOR PENSÓ QUE NO ERA BUENO QUE EL HOMBRE ESTUVIERA SOLO
Y EN NUESTRA BENDITA TIERRA LA ENTRONCÓ TAMBIÉN COMO AL HOMBRE
Lo que más se puede destacar de estos dibujos, creemos modestamente, es su sencillez y limpieza; el simbolismo que puede llevar es cuestión de que cada cual pueda descubrirlo. Así como en el dibujo del hombre podíamos ver una amargura, un cierto desaliento al no poder liberarse, una avanzada desesperación casi eterna; en este de la mujer prima la ternura, quizás por esa necesidad del hijo por alcanzarla con sus pequeños brazos. Su refugio verdadero, tal vez no sea su liberación, sino el de proteger sobre todo esa nueva rama que acaba de nacer de sus entrañas.
Y todo ello compuesto en un espacio de absoluta armonía.
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