CON PAJARITOS EN LA CABEZA
La belleza en no pocas ocasiones la podemos encontrar en la sencillez, igual que la paz. No es nuestra intención con estos sencillos dibujos el reflejar la realidad como la puede ver la mayoría, sería absurda esta pretensión por nuestra parte. Cuando nos enfrentamos a un paciente papel en blanco y con la única herramienta externa de un lápiz de cualquier color, todos valen, excepto el blanco, para no usar blanco sobre blanco, que resultaría estúpido, y queremos plasmar en él sin prisas, pensamientos, deseos, objetos, sentimientos, animales, personas, sueños..., con una cierta ternura, sin violencia en el trazo, con armonía, buscando una risa más que una carcajada, exagerando los volúmenes o jugando con las sombras y brillos...¿no hay modelo mejor, como en este caso, que la búsqueda y encuentro de un payaso? Porque es capaz de sostener con sus manos convertidas en alas, apuntaladas con estrellas, un rostro sereno, apacible, con una incipiente y eterna sonrisa y una mirada que se pierde en el infinito de los que buscan, además de silencios, lo bello y la paz.
Y qué mejor compañía para alcanzar el arte, da lo mismo la altura de este, con tal de que lo sea, que la de una noble bandada de "pajaritos" brotando de nuestras cabezas y que en este trance no indican inmadurez, sino comprensión; que no reflejan falta de juicio, sino amor; que no andan perdidos, sino que saben y muy bien en donde aposentar sus nidos y que en definitiva, es más agradable estar en la mente de un clown que en la triste soledad de un ser triste.
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