sábado, 9 de enero de 2021

VOLVIENDO A LA NIÑEZ, CON LÁPICES DE COLORES

 

 

Entrega nº 8

         La serie televisiva infantil de MASHA Y EL OSO nace en Rusia y su creador es Oleg Kuzukov, guionista también de las peripecias de esta niña rusa de 5 años, Masha, viva como ella sola y que generalmente se las hace pasar canutas a su compañero y aparentemente cuidador, el Oso.

         Tiene tres mascotas: un perro, una cabra y un cerdo, y cómo será la encantadora Masha que cuando juega con los animales del bosque en donde está su casa casi sin excepción, todos le temen.

         En sus comienzos, siguiendo a una mariposa y sin darse cuenta entra en la de casa de un oso que había salido a pescar, y como es una niña bastante traviesa e hiperactiva, que nada más piensa en jugar y pasarlo bien, termina creando un gran desorden en ella, en su tarea de persecución del pequeño animalito. Cuando el Oso regresa a su hogar, buscando la tranquilidad, se encuentra  sorprendido por el gran desastre que le ha causado la niña y piensa en deshacerse de ella inmediatamente, cosa que no consigue de ninguna de las maneras y su final, después de numerosas intentonas y de ser víctima involuntaria  de las travesuras de la pequeña, claudica e prefiere ser su amigo, su mejor amigo y convertirse en su cuidador.

         El Oso es de la especie pardo europea que trabajó en un circo, pero ahora ya está jubilado, aunque no lo representa, de costumbres muy tradicionales y que ama la soledad. De la vida laboral guarda trofeos y medallas, con los que Masha suele jugar en ocasiones; la apasiona la lectura, cultiva hortalizas y para satisfacer uno de sus grandes gustos, el de la miel, como todos los osos, tiene sus propios panales. Es maniático del orden y de la limpieza, que Masha situada en el otro extremo, trastoca con muchísima frecuencia.

         Como todos los rusos el Oso tuvo acceso a la educación superior y por ello, no le faltan los conocimientos de química, física y tecnología. Le gusta reparar los desperfectos de su casa, que casi siempre son ocasionados, eso sí, de forma siempre involuntaria, por su pequeña amiga, que tiene una desbordante habilidad e ingenio para producirlos. Toca la tuba y la guitarra con destreza; ella también esta última, pero la eléctrica. Se entretiene cuando la niña le deja o no está en su casa, viendo en la tele las noticias, los programas culturales o el fútbol. No sabe o no puede hablar, aunque entiende muy bien el ruso o el castellano en los doblajes; pero se expresa con señas o con gruñidos, o a veces, escribiendo a mano o usando una máquina de escribir y siempre está pensando en qué hacer en su tiempo libre, que desde que apareció en su vida la pequeña Masha es escaso.

         Mientras tanto Masha vive en su casa cercana a la estación y de ella sale un camino que conduce a la casa del Oso; así que tiene fácil lo de encontrarse con él. Es cierto que lo quiere mucho muchísimo; pero no es menos cierto que suele generarle continuamente verdaderos problemas.

         Y algo debe tener la serie cuando uno de sus capítulos tuvo la friolera y astronómica cifra de cuatro mil millones de vistas.

         A todo esto hay que añadir la existencias de sus famosos cuentos y sus historias espeluznantes que no pierden nunca su encanto.



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