En tiempo de PANDEMIA

 

Entrega 4. Escrito 11

¡VA POR LAS MASCARILLAS!

 

     Un quince del mes de julio,

pasada la madrugada,

los jefes de Andalucía,

con autoridad, proclaman,

que el llevar las mascarillas,

es, desde hoy, cosa obligada,  

y que nadie se resista,

que nadie meta la pata,

que correrán las sanciones,

como corre el agua brava,

rascándonos los bolsillos,

con multas de “rompe y rasga”,

que han de venirles muy bien,

a sus ya maltrechas arcas.

     Superada introducción,

entro de lleno en la trama,

que, esto de las mascarillas,

empieza a tener mandanga,

hay quien dice, es cosa buena,

otros, que no sirven nada,

y así nos tienen bien liados,

los jefes de la manada,

Don Simón el de la moto

y el coro que lo acompaña.

     No se debe decir hoy,

lo que se niega mañana,

que la cosa está bien fea

y son muchos los que faltan,

casi todos mayorcitos,

pobre gente, condenada.

     Las mascarillas nos tapan,

grandes miedos, media cara

y la otra media, se oculta

tras unas oscuras gafas,

una gorra o un sombrero,

completan disfraz de playa

que nos vuelven otro ser,

¡Vaya lío! ¡Qué mandanga!

     Hoy he dado largo paseo,

por la orilla de la playa,

con viejas gafas de sol

y mi sombrero de paja.

Me cruce por el camino

con gente de toda pasta,

con gente con mascarilla,

con inconscientes, sin nada,

caminando por la arena,

con su cara despejada.

Son los valientes de siempre,

los que nos hacen la pascua,

aquellos que mucho lloran,

cuando el virus los alcanza.

     No sé si las mascarillas

sirven mucho, poco o nada,

pero sí que estoy seguro,

que poco cuesta el llevarlas,

y aunque escriba yo, con sorna,

no me las tomaré a guasa,

que son piadosas las miras,

de aquellos que hoy nos mandan.

     ¡Mascarillas al poder!

tiempo es, de desescalada,

no la tiremos por tierra,

no más vuelta a las andadas,

que la vida es gran ventura,

que siempre hay que aprovecharla.