Entrega 2. Escrito 7
NUEVO DICCIONARIO DEL REAL CORONAVIRUS
Habrá que tomar a broma o a chanza, por aquí a puro cachondeo, los
nuevos vocablos nacidos y crecidos en los tiempos del “coronavirus” o
“covid-19”, al margen del trabajo de los sesudos académicos de la RAE, ocupados
en cosas lingüísticas más serias e importantes.
Sin orden, ni concierto, ajeno a cualquier tipo de clasificación, a bote
pronto, conforme a como aparecieron en mi camino de caminante usuario del
español o castellano (que, para mí, ¡monta tanto, cómo, tanto monta!)
Para este modesto escribano, cortito en conocimientos pandémicos, “CORONAVIRUS”
y “COVID-19”, merecen el honor de aparecer en este “yo qué sé”, como primerizos
vocablos, palabras que nos han metido en el cuerpo y en el alma grandes miedos
y deseos de no haberlos conocido nunca.
Vayan a continuación las definiciones “muy sui generi” de éste que
suscribe y escribe, sin pretensiones de sabio lingüista, ni de limpiar, fijar y
dar esplendor a los nuevos vocablos.
CORONAVIRUS. Virus coronado, monarca mal intencionado y dañino,
procedente del Wuhan chino (sin demostrar su origen y procedencia) experto en confinar,
contagiar y matar humanos.
COVID-19. Significado no explicado del todo, compuesto, como se aprecia,
de 5 letras, un guion y 2 números. Podría ser un epítome de
“coronavirusdel2019”.
NUEVA NORMALIDAD. Todos, menos algunos políticos incluidos los
presidentes de gobiernos, conocemos y convivimos con la Sra. Normalidad que no
deja de ser lo que, por naturaleza, forma o tamaño, ocurre o es como siempre.
Por lo que la normalidad no podrá ser ni nueva, ni vieja. Don Pedro, aplíquese
el cuento y olvide lo de la NUEVA NORMALIDAD y no sea tan reiterativo,
repetitivo y pesado, repitiendo en una de sus animadas ruedas de prensa, más de
50 veces lo de la NUEVA NORMALIDAD.
DESESCALADA. Según me dicen es una “escalada descendente”, cosa más bien
rara y algo extraña ya que escalar o trepar es siempre hacia arriba y de nada
sirve, ni convence, aunque le pongamos delante el prefijo “des”.
CONFITAMIENTO. Palabra prima hermana de la actual y muy usada
CONFINAMIENTO. El cambio de una “ene” por una “te”, dispara el distanciamiento
entre ambas palabras. Confinamiento es encierro, normalmente causante de
adelgazamiento; Confitamiento es hartura de fabricar y engullir toda clase de
confituras y dulces, causante siempre de engorde.
IFEMA.
Invento salvador. Lugar readaptado con éxito para atender a los contagiados del
“coronavirus” y, de paso, a los sintecho. Lugar para no olvidar, donde los
sanitarios, ángeles y mártires, se dejaron la piel y más, su vida. Ejemplo
mágico de rapidez constructiva y mutación de un local de ferias a un gran
hospital.
MASCARILLAS. Máscaras pequeñas de las que todavía no se saben sin son
útiles o necesarias, según los ocasionales “científicos” entendidos en la
materia. Construidas, artesanal o industrialmente, con cualquier tejido. De
usar y tirar, lavables, y de todos los colores. Casi todas ellas terminan por
dañar las orejas de los usuarios.
TEST. Prueba poco vista. Oportuno, necesario e imprescindible material
sanitario que dio a los chinos la oportunidad de tomar el pelo a los “sesudos”
compradores hispanos del gobierno.
ERTE. Hermano menor del ERE, inventado por el poder absoluto, para seguir “favoreciendo” a los empresarios de este país nuestro (Al revés para que nos entendamos). Pregunta siniestra: ¿Cuándo los trabajadores apuntados al ERTE volverán al “curro”?
De
aquí a que se nos acabe el estado de alarma, hay tiempo para ampliar este
diccionario de usos y abusos, de cuentos y cuentistas, de parlantes y
parlanchines y de ponernos serios, con lo que se nos viene encima. ¡Qué nos
pille confesados!
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