Entrega 2. Escrito 14
LA DE VOX
Voy a tratar de hacer un ejercicio de extrema objetividad, limitándome a
contar lo que vi, en directo, a través de “Intereconomía” (El Toro), única
cadena televisiva que retransmitió la manifestación motorizada promovida por
VOX en distintas capitales de España.
A
las 11,30 horas, la citada cadena comenzó la retrasmisión de la manifestación,
precedida de la presentación de ésta por los presentadores de dicha cadena, a
los que sigo ocasionalmente en las largas noches de confinamiento.
Ya en las primeras conexiones pude comprobar que la movida iba a ser
gorda en la capital. Muchos coches, muchas motos y muchas banderas de España.
Ruidos de motores, sonar de claxon, idas y venidas de los organizadores y
participantes, antes del comienzo de la manifestación.
Llegada la hora de la partida, la motorizada manifestación se puso en
marcha con la consiguiente sonoridad de las bocinas, de los motores de los
vehículos y el ondear de las banderas. Marcha lenta con detenciones obligadas.
Me resulta difícil señalar la cantidad de coches participantes y más aún el dar
un número de motos. Ya, como siempre y según su “catadura política”, habrá
quienes engrandezcan o aminoren las cantidades de ambos. Multipliquen los
vehículos por 2 ó 3 y nos dará aproximadamente el número de participantes, a
los que habría que sumar bastantes viandantes con sus respectivas banderas.
Abriendo la ruidosa y animada comitiva un autobús de dos plantas, la de arriba descubierta, donde se agrupaban algunos dirigentes del partido organizador y los aparatos necesarios para el sonido de animación. Los dirigentes de VOX alegres y satisfechos por el respaldo popular a su convocatoria. Hasta aquí el sencillo relato de lo que vi, gracias a la retransmisión de “eltorotv”.
Ahora es el momento de la “subjetividad personal”. Los siguientes comentarios agridulces me acompañarán a lo largo de esta narración personalísima. Descubrí, con enorme satisfacción, que todavía quedan españoles dispuestos a enarbolar la bandera de España, la nuestra, sin complejos y con la aceptación de ésta como símbolo querido y respetado. Nadie, ni los más “antitodo”, podrán negar que la roja y gualda resultó incontable por su enorme cantidad, superando con creces a los vehículos y participantes. Aparte del colorista y sonoro espectáculo de la manifestación, en muchos momentos, sentí el orgullo de ser español de los que ansían la libertad por encima de todo, como la mayoría de los participantes, en contra de los que tratan de convertirnos en súbditos o vasallos, robándonos la categoría de CIUDADANOS.
Me
sentí empequeñecido y despreciado por el comportamiento de las todas las
cadenas de televisión (menos una, Intereconomia) que no dijeron, ni
televisaron, en directo, nada de la misma. Las televisiones públicas (costeadas
por todos los españoles) ni pío, pío; La 3, la 4, la 5 y la 6, en manos de
“Dios sabe quién” (Unos pocos de españoles, si lo sabemos) no perdieron ni un
segundo de su programación en mostrarnos, en directo, la exitosa marcha de la
“Ultraderecha VOX”; también, me sorprendió que TRECE, pasará olímpicamente,
como las “vendidas”, de la primera y exitosa manifestación motorizada. Sin
embargo, casi todas ellas, tuvieron tiempo y cuajo para mostrarnos, en los días
siguientes, en diferido, imágenes de los pocos y pequeños “incidentes”
ocurridos en la misma. La imparcialidad brillo por su ausencia y la parcialidad
fue manifiesta. Gracias al proceder de las cadenas televisivas, nuestro
“encadenamiento” es peor que el peor de los confinamientos.
¡Y para qué contar más!
Tratar de ser objetivo en el fangal en que nos movemos, es tarea difícil
y, aunque el pecado de la subjetividad enturbie algo el relato, quiero gritar,
en silencio con sinceras palabras, mi descontento, mi pesadumbre, mi inquietud,
mi miedo a seguir en manos de falsos socialistas, de populistas, de comunistas
y de vividores de la política.
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