Lunes, 4 de febrero de 2019.
A 109 días…
LA ENTREVISTA DE ÉVOLE A MADURO
Y EL LLANTO POR VENEZUELA.
Cuando Evita Perón cantaba aquello de:
“No llores por mi Argentina”, el pueblo lloraba y lloraba más y más. Y no era
porque los argentinos fueran expertos en lloros o versados plañideros, sino por
lo que se le venía encima, por delante y por detrás, por arriba y por abajo, por
la derecha y por la izquierda. Ahora, en el mismo continente, se escucha la
triste canción de “No llores por mí, Venezuela” cantada a dúo por el “tirano”
Maduro y por el aspirante Guaidó, acompañados por un coro internacional de
voces enfrentadas que, para muchos, “chirría” y, para otros muchos, “arrebata”.
Las crónicas de las guerras civiles se
amasan en hornos de odios y de rencores,
Sus llamas, cuando alcanzan sus cotas más alta de necrológicas temperaturas,
arrasan con todo lo viviente, como voraces células cancerígenas altamente metastasiadas.
Ojalá los malos augurios de un enfrentamiento popular en el país hermano,
Venezuela, no se cumplan. Ojalá la sensatez se imponga a la sinrazón y a la aborrecible
barbarie de la guerra civil.
Vi la entrevista de Évole a Maduro. No
quiero caer en la trampa del que todo lo sabe, todo lo conoce y todo lo
critica. En el incruento enfrentamiento del periodista y el dictador hubo de
todo; preguntas serias y preguntas sin enjundia, respuestas serias y respuestas
sin asunto; preguntas de hondo calado y respuestas más que superficiales; preguntas
de avezado periodista y respuesta de
demagógico gobernante; pregunta de terco diablo y respuesta de ángel caído;
preguntas sin respuestas y respuestas falseadas.
Me temo que el asunto va para largo y…
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