A 182 días…
Y RUFIÁN HIZO
HONOR A SU APELLIDO Y LO ECHARON DE CLASE.
SEMANA DE TEATRO
INFANTIL. EL VISO DEL ALCOR. IV.
Pobre niño travieso que no puede refrenar
su lengua cuando la desata. Y ¿Qué hacemos con él?
Hacía tiempo no veíamos un alumno tan
“contestón”, tan deslenguado, tan insultón, tan hijo de su madre, tan, “tan,
tan”. Pobre de todos nosotros por tenerlo que aguantar, que sufrir, que
padecer. Y lo peor de todo es que, encima, le pagamos un buen sueldo y una
mejor jubilación, cuando le llegue.
Ole, por esta clase de artista de la
política. Ole por no poder desterrarlo, con otros de su calaña, a un mejor
territorio bastante alejado, para
recibir los beneficios de una mutación que lo devuelva a la más corriente y
absoluta normalidad. ¡Tiene guasa la cosa! Tiene bemoles, el tener que
soportarlo y, sin más, todavía podemos gritar ¡Viva la Democracia
Parlamentaria!
Y ¿De qué sirve que lo echemos de clase
uno o veinte días? De nada absolutamente. Y ¿para qué nos valen los aplausos a
la Directora, muy bien en su papel de “expulsadora”? Y ¿Cómo se digieren estas
malcocinadas refriegas parlamentarias?
Y a la vista, unas elecciones cercanas, en
nuestra tierra, con “individuos e individuas” de parecidas raleas a la del travieso niño, con otras maneras pero, al fin
de cuenta, con el mismo fondo y calado.
Ay,
María Santísima de los Alcores visueño, que mal se nos está poniendo el
panorama político. Y me pregunto ¿Tiene arreglo esta farándula? o solo nos
queda “ajo y agua”.
-----------
(Continua de ayer)
SEMANA DE TEATRO INFANTIL.
EL VISO DEL ALCOR. IV.
3. ESTRUCTURA DEL FESTIVAL
La semana se estructuró
en todos los estadios de su evolución en torno a la representación de las obras
previamente seleccionadas, por los correspondientes grupos escolares. La semana
se inauguraba con la representación de una obra fuera de concurso, y se cerraba
con la ceremonia de entrega de galardones y la representación de la obra
vencedora. Transcurría durante una semana intermedia del mes de mayo, desde la
tarde de un domingo hasta el mediodía del sábado siguiente. La jornada en los
días hábiles se estructuraba en tres bandas horarias: de 10,30 a las 14,00
horas por la mañana, con dos secciones de hora y media cada una, destinadas al
público escolar; y una tercera banda vespertina, a las 20,00 horas, a la que se
sumaba el público adulto. Por lo general, pues, eran tres las obras que se
representaban a diario; dependiendo de la duración de las mismas, podían ser
incluso más. De este modo, en una semana los alumnos presenciaban dieciséis
obras de teatro. No cabe duda de que se trataba de una estrategia muy eficaz
para acercar el teatro a toda la población de El Viso, para formar así el gusto
teatral y procurar una formación crítica en la población infantil, además de
forjar vocaciones puramente teatrales. [Fig. 5] Las representaciones
se complementaban con actividades programadas como talleres, que en no pocas
ocasiones impartían los mismos maestros especializados, como Bernardo Zots o
María del Carmen Ramos Pueyo: de expresión corporal, de títeres, etc. De igual
manera se organizaba una exposición de carteles con carácter de concurso, que
tenía por objeto seleccionar el cartel anunciador de la próxima convocatoria. [Fig. 6]
Los premios se
denominaban “Arlequines”, estatuillas con las que se identificaba el certamen.
Además, según las categorías, se concedían copas, placas y dotaciones
económicas. El primer certamen premió tres obras, y se concedieron premios
también al carácter humanitario, a la dirección, al montaje, a la
interpretación de conjunto, al mejor actor, a la mejor actriz y al mejor texto
original. Al año siguiente se sumó un premio a los valores andaluces, en plena
época de recuperación de signos de identidad política y cultural. El año 1981
se creó otro reconocimiento a la mejor música original, y el siguiente a la
expresión corporal. Cuatro años después también se concedieron galardones al
mejor vestuario y al mejor decorado, y el año 1986 a la mejor obra de carácter
infantil. El año 2001 se amplió nuevamente la nómina de premios al instaurar el
Arlequín del público, y el Arlequín a la mejor adaptación dramática. Los
premiados eran elegidos de una terna de nominados, por lo que resultaba así que
los premios se repartían según todos los ramos de la producción teatral entre
prácticamente todos los participantes.
Estos premios los
concedían dos jurados que trabajaban coordinados: un jurado infantil, y un
jurado de la organización. [Fig. 7 y fig. 8] El jurado infantil lo
componían dos representantes por cada uno de los cinco colegios de la localidad
de El Viso. El de la organización se componía de tres miembros, donde fue
constante la participación de don Clemente Calabuig. Seleccionado por cada
jurado el premiado, debían luego deliberar ambos hasta llegar a una decisión de
consenso. Cuando el certamen amplió el concurso a los centros de segunda enseñanza
hubo de crearse asimismo un jurado juvenil, con dos representantes por los dos
institutos de la localidad más tres representantes del Proyecto Ribete de
integración juvenil promovido por la Diputación Provincial. El sistema
operativo de este nuevo jurado se adaptó al ya existente.
La Semana de Teatro
Infantil recibió desde su primera edición un importante apoyo institucional y
social. La presencia en la primera edición del certamen del Delegado Provincial
de Educación –inexistente aún la administración autonómica– así lo corrobora,
como la concurrencia de la corporación municipal y del Ateneo Popular de El
Viso. A estos apoyos institucionales se sumó en la tercera edición el de la
Diputación Provincial, que aparece en la información periodística de ABC como entidad
organizadora. Más adelante fue el Monte de Piedad, con las Cajas de Ahorros de
Sevilla, quien se incorporó a la iniciativa. Pero no solo en este nivel de la
administración y entidades provinciales recabó el certamen respaldo, sino, lo que
parece más significativo, por lo que cuentan sus protagonistas, también en la
población visueña, que se entregó en toda la colaboración necesaria para hacer
realidad el sueño teatral de sus menores. Sin ese apoyo social la iniciativa no
hubiera podido alcanzar el nivel de fenómeno cultural que acabó adoptando. No
solo la comunidad escolar de todo el pueblo se sintió vinculada, sino que el
compromiso ascendió hasta niveles empresariales, más o menos modestos. Consta
el respaldo de la cooperativa de supermercados Ecovol, la Cooperativa de
Viviendas Santa María del Alcor y la empresa constructora de José Roldán. Pero
no fueron estos los únicos. Será difícil recuperar los nombres de quienes
pusieron tanta generosidad en favorecer esta Semana de Teatro Infantil de El
Viso del Alcor.
(continuará mañana)
No hay comentarios:
Publicar un comentario