viernes, 16 de noviembre de 2018

Al rescate de Calabuig 2


Viernes, 9 de noviembre de 2018.
A 195 días...

UNA VUELTA POR COSTA BALLENA.

OBLIGACIONES DE ABUELOS.


   
      Hoy viernes, previa solicitud de los demandantes, Ángel y Esther, nos vemos obligados a desplazarnos a Costa Ballena para cumplir la tarea de cuidar al último de los Calabuig, ya que sus padres, los citados anteriormente, tienen, mañana, una boda en las cercanías de Sanlúcar (en Mesas de Asta)

     Nos tomamos bien en serio nuestros papeles de abuelos solícitos y complacientes, con las miras puestas en que, cuando ellos lo sean, actúen de la misma forma y manera que nosotros, y, a la par, reciban las correspondientes muestras de gratitud, no necesarias, pero bien recibidas.

     Llegamos a Costa Ballena a las 5 de la tarde aproximadamente y, como siempre nos pasa, como un “jarro de agua más que fría” nos cayó encima. Nos encontramos la misma ciudad muerta de sus periodos no vacacionales. Casi todos los establecimientos cerrados. ¿Quiénes, no? Fácil de acertar, Mercadona y la Farmacia. Como decimos por aquí, “Ni un alma por las calles”, ni un perro perdido, ni voces, ni ladridos. Cuatro coches salteados entre los cientos y cientos de aparcamientos exteriores. Los interiores, no sabemos, pero intuimos que si cumplían la misma ocupación que en nuestro bloque (dos coches en todo él) la situación es deprimente. Bueno, reseñar también que vimos un grupo no muy numeroso del “Inserso”, que no creo llegue a paliar la parálisis hotelera de este bonito enclave sureño.

     Veremos cómo se porta el pequeño Ángel. Será la prueba de fuego para el ser o no ser de las obligaciones de los abuelos como cuidadores de nietos en territorios lejanos y aislados, sin ayudas ni espectadores. Mañana se resuelve el litigio entre padres patrones y asalariados, sin cobrar un euro, abuelos jubilados.



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