Viernes,
2 de noviembre de 2018.
A 202
días...
TRIADA: MUERTE, RECUERDO, FLORES.
La muerte, castigo
inmerecido; el imposible olvido de los fallecidos y lo símbolos florales,
aunados en un especial día. Una triada iterada año tras año con inevitables
variaciones de participantes activos y pasivos y de consumo de flores.
Me declaro no
creyente en los infiernos y en el purgatorio y, por ello, me aparto de los que
inventaron este día de los difuntos, en el que los fallecidos pecadores esperan
pacientes su liberación y paso a los cielos, después de purgar culpas menores.
Costumbre
arraigada con fuerza en el sentir del pueblo que, cada año, se vuelca en
adecentar los cementerios, en limpiar y exornar sus tumbas y en rendir culto a
sus seres queridos, moradores jamás olvidados de los Campos Santos.
Nueva
separación de los expedicionarios. La mitad viaja a Málaga y el resto nos
quedamos en Villa Javier. Buena y divertida comida. Partida de “continental” y
pedazo de siesta del escribano con un variado “concierto” de ronquidos.
Nos atrevimos
a salir del “convento”, subir una empinada cuesta y poder contemplar un bonito
paisaje de sierra similar a un monumental nacimiento.
Los de Málaga
volvieron encantados de su visita a Málaga.
Ya empezamos
a dar muestra de cansancio. El “encanto” de la casa no ha podido con el
“desencanto” del camino. La buena voluntad de los dueños no fue suficiente para
cambiar nuestra frustración. El endiablado camino se impuso a las bondades de
Villa Javier. Imposible que recomendemos a los nuestros el alquiler de la casa
rural.
Nueva partida
de Continental antes de la cena. Las mujeres son incansables; bueno, algo
“viciosillas”.
-
- - o
- - -
Al margen:
Valiente cachondeo con la retirada del delito de rebelión de los
independentistas catalanes. Mañana trataré de “entender” algo sobre el tema,
aunque será difícil por estar en el lío la sin par ministra Calvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario