miércoles, 24 de octubre de 2018

Al rescate de Calabuig 2

Miércoles, 29 de agosto de 2018.
A 267 días...
(Descanso)

VIAJE DE REGRESO DE COSTA BALLENA.
UNAS INVITADAS, ELENA Y EMMA.

Jueves, 30 de agosto de 2018.
A 266 días…
(Descanso)    

VUELTA A LA RUTINA (SUPERESPERANZA, PLAZA DE ABASTO, BANCOS, SEGUROS COCHE,  CASA, etc.)

Viernes, 31 de agosto de 2018.
A 265 días…

LAS OBLIGACIONES DE JUBILADO.
LOS PINCHOS MORUNOS.
LA VESTIMENTA IBICENCA (CAPRICHO DE LOS ANFITRIONES)

    En lo siguiente coincidiremos muchos de los que mejor o peor llevamos el “premio” de la jubilación. Con la “jubi” hemos ganado en unas cosas y hemos perdido, por goleada, en otras. Hemos ganado fundamentalmente, en sobra de tiempo, en tener tiempo para todo, incluso  hasta para no hacer nada. Y hemos perdido en libertad. De nuestra profesión académica, en la que jugamos el  papel de “jefe”, hemos pasado a la subcategoría de “mandadero” y, dentro de la cocina, de simple pinche sin galones de ninguna clase. Y para más “inri” hemos perdido el premio de la gratitud y del reconocimiento ante la sociedad que aspira a acabar con el machismo. ¡Cuán ingrata es la “jubi” cuando se desparrama por estos derroteros! ¡Cuánto echamos de menos el trabajo de antes de la “jubi”! Nunca nos hemos preguntado quién fue el gracioso que o la graciosa que inventó la “jubi”, parejo habría de ser del que descubrió y puso en práctica el “inserso”, como método infalible para acabar con muchos mayores. Y ahora, a  otro tema que es gerundio.


     Ángel y Esther, a la par, llevan bastante tiempo preparando la Gran Fiesta de bienvenida de  su primer retoño, Ángel. Están entregados al máximo para que esta primera fiesta dedicada a su Ángel reúna todas las características de éxito seguro. Su meticulosidad no sólo alcanza lo festivo, sino,  todo y cuando decimos todo, es todo, la música, los recuerdos, el ambiente, la vestimenta de los asistentes, los detalles, la escenografía, el argumento con sus juegos, y sobre todo lo culinario, que no falte de nada y control extremo de todo lo por comer. 



    En este último apartado, se empeñaron en que no faltaran, entre otras muchas cosas, los pinchos morunos del abuelo Clemente. Mi buena disposición a complacer a los primerizos padres, ha hecho posible, sin esfuerzo, que no falten en el ágape los pinchos “gilitemos”, con especies morunas y con la habitual secreta preparación  de los mismos, información procedente del querido maestro HADE, que no fue ni príncipe, ni rey de los pinchitos, pero que llegó a prepararlos como el mejor de nuestra querida Rusadir (Descansa en paz, amigo querido) Pensamos que 6 kg. Serán más que suficientes para la cata de tal capricho.

      Y para cierre de la página del día, la vestimenta ibicenca.  Moda impuesta por no se sabe quién y que supone, en muchas ocasiones, un quebradero de cabeza el encontrar un modelito apropiado para los invitados. Sobre todo para los mayores. Sea por bien empleado, todo sea por el Ángel nuestro de todos los días venideros, que también se verá obligado a vestir de inmaculada blancura, como su alma bendita.




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