Sábado, 23 de junio de 2018.
A 335días…
LA
NOCHE DE SAN JUAN
El
mar, el fuego y la luna, como notarios, serán protagonistas de otra Noche de
San Juan.
No
hace falta mucha agudeza para diferenciar los dos grandes festejos del FUEGO en
España. Las Fallas de Valencia y las Hogueras de San Juan en casi toda la costa
hispana. A cada uno su gloria, su arte,
su carácter, su atractivo, su antigüedad, su particular idiosincrasia, su
“gancho”, etc.
El
Fuego, como castigo purificador, como herramienta alimenticia, como fuente de
calor en los inviernos, como atractiva visión, como endemoniado destructor, como…,
se presta al uso cotidiano en pequeñas
dosis y al abuso desmedido.
El
Fuego, mal tratado por el hombre, siempre se deja querer, hasta que, en una
nefasta hora, enseña sus devastadoras lenguas.
El
Fuego y el agua forman un muy especial binomio de convivencia.
Y
en las noches de San Juan, el Fuego se hace efímero protagonista en muchas
playas hispanas, iluminando las arenas,
reflejándose en el mar, encendiendo los cielos, llenando de pavesas el aire. Los
baños nocturnos, los besos y “achuchones” amorosos, los excesos alcohólicos,
los riegos, la sana convivencia, rivalizan sin medida en esta mágica y
embrujada noche.
Y
al final, el aquelarre festivo de la noche de San Juan da paso al silencio, al
ronroneo monótono de la mar en su continuo romperse en las orillas, dejando la
playa convertida en no deseado estercolero, culpa del incivismo humano. Hasta
que lleguen las cuadrillas de recolectores de toda clase de desperdicios. Tributos a pagar por el comportamiento “salvaje” de
muchos “inadaptados”.
A pesar de ello, nos gusta la fiesta de San
Juan, la celebración de la noche más corta y el día más largo, sus maneras
alegres y desenfadadas y sus grandes dosis de bendita convivencia.
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