DESDE MI RINCÓN
Tengo en mi
casa un rincón,
donde mi sed de
arte, calmo,
donde las nieblas
del tedio,
de mi corazón
espanto,
donde los duros
silencios
se vuelven sonidos
gratos
y los bárbaros
sonidos,
suenan como
hermosos cantos.
Desde mi amado rincón,
refugio, íntimo
santuario,
exprimo jugo a la
vida,
rompo los tercos
horarios,
y visto mi sereno
hacer
con aromas cotidianos,
devolviéndole a
las cosas,
sus olvidados
encantos.
El tiempo vuela deprisa
en éste rincón
soñado,
cuando mis manos,
mi mente
buscan atinados
trazos;
cuando la dúctil
palabra,
esencia de libro
extraño,
con despabilados
ojos,
poco a poco, desentraño;
cuando las
sencillas notas
de mil armoniosos
cantos,
con pátina de
imborrables
en mis oídos, yo
guardo,
y cuando la nada
inunda
rincón íntimo,
sagrado,
y yo, mis humanos
sueños
en fiel
velero, yo embarco,
y un frasco de
fantasías,
sin temores, yo destapo.
Tengo en mi casa un rincón
donde feliz, yo
trabajo.
El Viso del Alcor, 9 de agosto de 2004
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