sábado, 7 de marzo de 2015

El Día (Continuación)



BIENAVENTURANZA SEXTA

Bienaventurado aquel,
abuelo, padre o buen hijo,
que al recibir homenaje,
él se muestra agradecido,
a los que inventaron premio,
para un humilde vecino.
Y aunque suene  a cosa fatua,
y aunque los aires malignos,
que bullen por estos predios,
lo vistan de inmerecido,
la vanidad y el orgullo,
piezas de un damero antiguo,
le darán aceptación,
validez y conformismo,
como dictan las maneras,
de lo humano y lo divino,
¡Qué a nadie le amarga un dulce,
viniendo de unos amigos!
¡Qué a todos nos gusta, al fin,
nos regalen los oídos,
con flacos reconocimientos
o con fastos bien festivos,
con grandes declaraciones
o con afectos sentidos!



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