miércoles, 18 de diciembre de 2013

Versos inocentes

PERDER LA INOCENCIA, HOY

     Caminan los inocentes
cada vez con mayor prisa,
dejando atrás su inocencia
al doblar cualquier esquina.

     La inocencia, dama, ayer,
hoy, jovencísima niña,
la pierden pronto sus dueños,
en vertiginosa orilla,
de adelantos imparables,
tributos de breve vida.

     El niño aprende bien pronto
a manejar nuevas fichas
que los adultos gastamos
en el juego de la vida,
abandona su inocencia,
a cambio de mil heridas
que, el mundo de los mayores,
le regala al nuevo día.

    Perder la inocencia, hoy,
es tarea bien sencilla.
La tele, con sus reclamos,
la calle con sus movidas,
el sexo con sus placeres,
los vientos de la desidia,
el fracaso de los padres,
el alto nivel de vida
y otros muchos atractivos
que la modernidad destila,
se encargan de difundir,
la ya sabida noticia,
de que la pobre inocencia
es etapa bien cortita.

     ¿Quién pudiera retornar
a la inocencia perdida,
y volver a ser el niño
que duerme en la lejanía,
inabordable pasado

compendio de mi desdicha?

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