¿QUÉ HACER?
En las ingratas batallas
que
libramos cada día,
perdemos
palabra y tiempo,
se
nos van gotas de vida.
Sólo
encontramos consuelo,
bálsamos
de las heridas,
en
las migajas de amor
que,
en forma de suave brisa,
la
vida nos va entregando
pausadamente,
sin prisas.
En los tortuosos caminos
que
cruzamos cada día,
llagas
de mentes y cuerpos
se
instalan en nuestras vidas.
Para
curar mal endémico,
existe
una medicina,
los
lazos de la amistad,
que,
hilados en ruecas finas,
enlazan
los corazones
hasta
el fin de nuestros días.
En las mucha vejaciones
que
sufrimos cada día,
se
rompen las esperanzas,
nuestra
vida se marchita.
¿Qué
nos queda por hacer,
para
soñar alegrías,
para
escribir nuevos versos,
para
sentir maravillas?
Huir
de la desesperanza
y
dar gracias por la vida.
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