PESADILLAS
Mis días, mis noches son
refugio
de pesadillas.
Mis pesadillas de humo
sobre
mis hombros, caminan,
despierto,
me dan horror,
cuando
duermo, temor hilan.
¿Por qué los mundos soñados,
pronto
mueren, hechos trizas
y,
raudos, desaparecen
al
despertar a la vida?
¿Por qué los mundos reales,
sembrados
de acres espinas,
permanecen
enquistados
a
lo largo de la vida?
¿Por qué, en los sueños, soy fuerte
y,
al despertar, un gallina?
¿Por qué, si cierro los ojos,
lo
real se difumina
y
los odios no trabajan,
y
se esconden las mentiras?
¿Por qué muchas voluntades,
de
conformismos vestidas,
en
los sueños, gritan fuerte, y...,
mudas,
andan por la vida?
¿Por qué la guerra soñada
no
deja ninguna herida
y,
en las reales, la muerte
usa
millonarias cifras?
¿Por qué los panes humanos,
al
soñar, se multiplican
y,
a la par, la ciega hambruna
juega
por cualquier esquina?
¿Por qué, sin yo desearlo,
colecciono
pesadillas?
Precioso
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