DESPERTAR
Cansado, roto y vacío,
me
desperté esta mañana,
el
cuerpo era mustia sombra,
fría
escarcha, mi pobre alma.
Busqué cálido refugio,
entre
silentes palabras,
entre
locos pensamientos,
que
en mi mente desbarraban.
Descubrí bendito bálsamo,
manantial
de frescas aguas,
al
engarzar complacido,
los
versos que me encontraba,
en
el jardín de mis sueños,
de
mis risas, de mis ansias,
de
mis jóvenes deseos,
de
mis viejas esperanzas
y,
con placer, yo noté,
calmarse
mi sed amarga,
alivio,
paz y sosiego
anegaron
mis estancias,
devolviéndome
las fuerzas
que
perdí en la madrugada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario