A MIS HIJOS
Tres árboles,
recios troncos,
la
vida nos ha donado,
lo
regamos, desde chico,
con
alegrías y llantos
y,
como suspiros céleres,
crecieron
a nuestro lado.
Tres
espigas, cima áurea,
en
rica vega, encontramos,
las
tres crecieron felices,
las
tres, felices, granaron,
sólo
nos queda saber,
que
harina darán sus granos.
Tres perfumes, grato aroma,
con
deseos, fabricamos,
tres
olorosas esencias,
guardadas
en bellos frascos,
aromas
frescos de vida,
para
vivir embriagados.
Tres tesoros, rica herencia,
sin
merecer, heredados,
ilimitada
riqueza,
extraordinario
hallazgo,
y,
a lo largo de la vida,
el
mayor de los arcanos.
Tres corazones, tres alma,
con
un latir hermanado,
entre
miedos y venturas,
con
amor, nos inventamos.
Hoy,
los tres, seguros laten
con
diferenciados pasos.
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