ROMPER CADENAS
Soñé romper las cadenas
que me ataban a este
tiempo,
que me sumían,
gozosas,
en el mayor de los
tedios,
silenciosos alaridos
del canalla
aburrimiento.
Soñé hacer de la bondad,
viruta, serrín de
sueño,
y esparcirlos,
complacido,
sobre corceles de
viento,
en las alfombras de
asfalto,
en las llagas del
cemento,
en las viejas casas
matas,
en los altos
rascacielos,
para romper las
cadenas
que nos arrostran al
suelo,
impidiéndonos soñar,
volar, gozar otros
cielos,
merecer nuevas
estancias,
olvidar añosos
miedos,
y levantarnos,
después,
iluminados,
contentos,
hijos de benditas
horas,
panes de trigo
selecto.
Soñé romper las cadenas
que me ataban al
silencio,
que me invitaban,
solemnes,
al mutismo de los
muertos,
al callar de la
palabra,
a olvidar el
pensamiento.
Y mi soñar se quebró,
como se quiebran los
sueños,
sin ruidos,
engañosos,
en sus quimeras,
envueltos,
marcándome los
caminos
de otros venideros
sueños,
de otras humanas
cadenas,
de otros humanos
deseos.
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