EL OTRO PEQUEÑO BORJA
(XII) .- El pequeño Borja lee y relee aquellas historias que encontró en la cartera y que tanto le encantan, a tal punto que hay pasajes que los memoriza; llegando incluso un dia que su osadía le lleva a recitarlas como nuevo juglar delante de sus seres queridos.
Gracias a aquellas lecturas
que los papeles encierran,
Borja conoce aventuras
que el Campeador padeciera,
pero entre todas destaca
cuando terminó de leerlas
la que tuviera lugar
en su querida Godella,
que tantas veces leyó
que de memoria aprendiera,
recitándola una tarde,
cerca de la chimenea,
a sus solícitos padres
que la oyen con gran sorpresa.
Prepárase a declamar
Borjita con entereza,
sin ninguna timidez,
con una gracia serena,
acompañando con gestos
todo aquello que dijera,
echándole sentimiento
como si de verdad fuera
todo lo que contara
con su vocecita tierna,
convertido en gran actor
que dominaba la escena.
que los papeles encierran,
Borja conoce aventuras
que el Campeador padeciera,
pero entre todas destaca
cuando terminó de leerlas
la que tuviera lugar
en su querida Godella,
que tantas veces leyó
que de memoria aprendiera,
recitándola una tarde,
cerca de la chimenea,
a sus solícitos padres
que la oyen con gran sorpresa.
Prepárase a declamar
Borjita con entereza,
sin ninguna timidez,
con una gracia serena,
acompañando con gestos
todo aquello que dijera,
echándole sentimiento
como si de verdad fuera
todo lo que contara
con su vocecita tierna,
convertido en gran actor
que dominaba la escena.
por
las tierras de Valencia
el Sidi, así llamado
por los moros de las huertas,
que significa Señor,
por la fama que cogiera,
nacida por su valor
y del temor que despierta,
se acerca con sus guerrero
a las mismísimas puertas
de la capital del Turia,
en el sitio de Godella,
donde un grupo se hace fuerte
ejerciendo resistencia.
El Cid con toda sus gentes
el lugar pronto rodea,
cortando a la población
los productos de la huerta,
que sabiamente controla,
esperando con paciencia
que al faltarle el alimento
la morería se rindiera".
el Sidi, así llamado
por los moros de las huertas,
que significa Señor,
por la fama que cogiera,
nacida por su valor
y del temor que despierta,
se acerca con sus guerrero
a las mismísimas puertas
de la capital del Turia,
en el sitio de Godella,
donde un grupo se hace fuerte
ejerciendo resistencia.
El Cid con toda sus gentes
el lugar pronto rodea,
cortando a la población
los productos de la huerta,
que sabiamente controla,
esperando con paciencia
que al faltarle el alimento
la morería se rindiera".
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